Ruta de senderismo en la que os enseñaremos el hábitat natural del Oso Pardo a través de sus huellas, rastros e indicios de presencia.
El oso pardo es sin duda la especie emblemática de este territorio.
El oso es un mamífero plantígrado que se caracteriza por su enorme talla (casi los dos metros de altura y unos doscientos kg. de peso), de cabeza ancha con ojos y orejas pequeños, patas cortas y muy robustas con grandes garras y
pelaje castaño oscuro.
Pertenece al orden de los mamíferos, pero su dentadura está adaptada a un régimen de alimentación omnívora. Su dieta es variable, pero los vegetales constituyen el 85% de su ingesta. Come frutos secos como hayucos, bellotas, frutos carnosos como escaramujos y manzanas silvestres y plantas herbáceas.
En verano voltea enormes piedras en busca de insectos y larvas, no desdeña la carroña de los grandes ciervos que encuentra y le encanta la miel silvestre.
En invierno, con las nevadas y cuando el alimento escasea hiberna, excavando oseras o en cuevas naturales que acondiciona. En la osera, la
hembra, en el mes de enero, pare dos diminutos oseznos.
El oso vive en los grandes bosques caducifolios y en valles y montañas poco transitadas.
Este enorme animal, pero de gestos casi humanos, está ligado a la historia de nuestros pueblos y así aparece representado en fiestas de carnaval y en leyendas e historias de nuestros abuelos
Espacio que utiliza en sus correrías y en la búsqueda de alimento y refugio. Pero también este territorio alberga jabalíes, lobos, zorros, gatos monteses, corzos, ciervos y la población más oriental de rebecos de la Cordillera Cantábrica. Buitres leonados, alimoches, águilas reales y perdicera sobrevuelan las cumbres.
El pito negro abunda en los bosque de haya.