Recorreremos bosques milenarios o cumbres de más de 2.000 mts; acompañados de guías que nos enseñaran los misterios de esta tierra tan espectacular.
Cuenta la leyenda de la belleza y bondad de una muchacha en un recóndito rincón de la Montaña Palentina. Ningún joven de aquellos pueblos escondidos en el valle se atrevían a acercarse a ella. Era la hija del Gigante del Valle Estrecho.
Sumida en su desdicha, después de varios intentos por alejarse de su padre, ideó una forma para escapar. Con la ayuda de algunos vecinos, buenos conocedores del bosque y los misterios que encierra, recopiló plantas con las que preparó un brebaje.
El Gigante, como hacía habitualmente, se sentó a comer con voraz apetito y aquella comida regada con el brebaje preparado le sumió en un placentero sueño que permitió a su bella hija huir hacia la Peña Redonda y desde aquí hacia el horizonte ifinito de la Tierra de Campos.
Al despertar de aquel profundo sueño y consciente de lo que había ocurrido arruinó con sus propias manos su vivienda cuyos restos aún se pueden ver en los ‘Castros de la Vega’.
Y cuentan que durante mucho tiempo, al atardecer, subía a la Peña Redonda para otear las llanuras por las que se había marchado una parte de él mismo. Hasta que en una ocasión se tumbó con la esperanza de ver regresar a su hija.
Y aunque el Gigante mantiene su sueño, sus lágrimas siguen derramándose por la montaña y brotando en la conocida ‘Fuente Deshondonada’ que resurge con más fuerza cuando se aproxima la fecha de aquella triste partida.